Host Club: una costosa compañía 🍸

Kon'nichiwa!

Por fin he conseguido tener un horario estable compatible con mis estudios para poder escribir aquí regularmente, por lo que intentaré retomar el ritmo del blog y publicar un par de entradas por semana como mínimo. Aún así, hay que tener que en cuenta que este blog, por desgracia, es sólo un hobby por lo que no podéis contar con una regularidad que pueda cumplir al 100% siempre.

Desde hace tiempo he estado investigando el tema del que os hablaré hoy, ya que me parece un tema muy interesante y con un trasfondo que no muchos amantes de Japón conoce a menos que investigue mínimamente; además me parece perfecta para la recién inaugurada sección de "cultura" en este blog. Así que, sin más dilación, os presento los host club.

Los host club son un tipo de establecimiento originario y, hasta donde mi conocimiento alcanza, únicos de Japón en los que las mujeres principalmente pueden pasar su tiempo con uno de sus chicos, llamados hosts. Estos hosts se definen generalmente como chicos atractivos (algunos incluso operados), carismáticos y con el don de la palabra con el cual engatusar y flirtear con sus clientas, y sus clubes son sólo para mayores de edad por el hecho de que sus ganancias se obtienen principalmente de las ventas de alcohol a sus clientas.


Sin embargo y a pesar de lo impactante que pueda resultarle a la sociedad occidental, los host club, al igual que las kyabakuras/hostess e incluso las geishas, no son establecimientos que ofrezcan servicios sexuales de ningún tipo. En el caso de los host club, la función de los hosts surge de la necesidad de atención y cariño que muchas mujeres japonesas requieren y del que no pueden disponer por diferentes motivos. Por ello, los hosts se encargan de mimar y flirtear única y exclusivamente de forma verbal con sus clientas, para conseguir que éstas se sientan tan a gusto que lleguen a consumir todo el alcohol posible y así poder cobrar más gracias a las tasas.
Los host club, junto con los kyabakuras, se encuentran siempre en los barrios rojos, del que destaca Kabuki-cho en el distrito de Shinjuku en Tokio, publicitándose con enormes carteles en los que aparecen sus hosts y multitud de luces llamativas, además de que ocasionalmente alguno de sus hosts salen a la calle para conseguir clientas por su propia cuenta abordando a chicas mientras pasan cerca.



Hablemos sobre el funcionamiento, sin duda curioso, de estos clubs: cuando una clienta llega por primera vez y acredita ser mayor de edad, todos los hosts acuden a darle la bienvenida para que a continuación ella escoja al shimei (el que será su host fijo para todas sus visitas posteriores) ya que ésta no puede cambiarlo más tarde a menos que tenga muy buenas razones y el dueño del club lo autorice. Sin embargo, hay que aclarar que en muchos host club no es obligatorio escoger a un shimei pero que siempre lo recomiendan y que, para las principiantes indecisas, en su primera visita suelen hacer una rotación de hosts para que ella conozca a los hosts y escoja al que más se adapte a ella. Tras esto, la clienta y su shimei pasan al interior del club y el shimei se convierte en el tanto (director de la mesa) que dirige la mesa, que suele tener entre 2-4 hosts incluyéndose a sí mismo y al resto de hosts de la mesa que se denominan herupu/help, así que la clienta puede pedirle al tanto que los herupu hagan algo que ella quiera y, por supuesto, todos comienzan a beber y charlar.
Además de su funcionamiento, otras muchas curiosidades rodean a los host club. Relacionado con lo anteriormente explicado sobre esa exclusividad de cada host sobre sus clientas, está muy mal visto y prácticamente prohibido para un host entrometerse con las clientas de algún compañero host de su mismo club. También resulta curioso que es prácticamente obligatorio para todo host que se precie beber alcohol y poder aguantar unas cantidades más bien abundantes de éste, ya que todos los hosts deben beber lo mismo que sus clientas por lo que para conseguir unos buenos beneficios el saber beber es realmente importante. Pero, por excelencia, lo más destacado y extraño a la vez de estos clubs es su ranking de hosts, que mensualmente se cambia y en el número uno se sitúa el host más popular y que más beneficios ha generado en el club ese mes, por el que muchas clientas competirán para poder estar el máximo tiempo con él.


Este gusto por los host club es, sin embargo, un hobby bastante caro y considerado más bien un lujo incluso para muchos japoneses y, por supuesto, para cualquier principiante o extranjero, que añadido al extraño concepto del host club en sí resulta demasiado caro para el servicio que ofrece a ojos de extranjeros.
La mayoría de los host club tienen un precio "introductorio" que incluye de 1-2 horas en el club con una botella de sake, shochu o brandy por 2000 - 3000 yenes (aproximadamente 15€ - 23€) pero, si vas con una clienta regular de ese establecimiento, el precio es algo más elevado, unos 5000 yenes (aproximadamente 38€) pero puedes quedarte en el club el tiempo que quieras.
Sin embargo, sólo la primera visita te sale más o menos barata, ya que a partir de ahí tus siguientes visitas se vuelven más caras. Generalmente, se paga una tasa de entrada de unos 7000 yenes (aproximadamente 53€) además de pagar por una mesa unos 4000 yenes (aproximadamente 30€) y un 40% de varias tasas, incluso el escoger un shimei te puede salir también por unos 2000 - 3000 yenes. Obviamente también se paga por las bebidas, de las cuales tienes que elegir una botella para toda tu mesa que puede llegar a costarte, dependiendo de cuál sea, miles de euros, aunque no necesitas terminártela de una sentada sino que puedes dejarla a tu nombre para que te la reserven para tu siguiente visita.
Además todos los host club cuentan con diversos eventos cada mes para atraer clientes, la posibilidad de celebrar tu cumpleaños con los hosts y la denominada "champagne call" que consiste en que, cuando una clienta pide una botella especial de champán, todos los hosts del club dejan temporalmente a sus clientas y se reúnen alrededor de la mesa de la clienta en cuestión y, con música y luces, cantan y celebran por ese champán que posteriormente la clienta y, si ella quiere, su shimei se beberán. Por supuesto, esta opción te sale bastante cara ya que la botella más barata de Dom ronda los 90000 yenes (aproximadamente 700€), aunque si te lo puedes permitir es la mejor manera de disfrutar de un lujoso champán.
Debido a estos precios tan elevados y los intereses que se llevan por las consumiciones de sus clientas, los hosts más populares y exclusivos pueden llegar a ganar un salario bastante alto además de que, si tienen la suerte de tener clientas adineradas, pueden recibir costosos regalos como relojes, ropa lujosa e incluso se sabe que algunos han recibido apartamentos o coches como regalo.



Pero, a pesar de lo alegre y divertido que pueda ser en apariencia esta lujosa compañía, un trasfondo bastante oscuro y triste se esconde tras la mayoría de host club, y he ahí la razón por la cual he querido hablar sobre estos clubs y sus hosts en lugar de las kyabakuras o las geishas: la explotación y la extorsión.
Multitud de reportajes han mostrado que, al igual que muchos otros negocios de éxito en Japón, gran parte de los host club son propiedad de miembros de la yakuza (mafia japonesa) y por ello es inevitable que estos negocios tengan un lado turbio. A pesar de ser clubs dedicados a la felicidad momentánea de sus clientas, no se debe olvidar que sigue siendo un negocio y se intenta sacar de ello el mayor beneficio posible, no sólo engatusando a sus clientas para que consuman todo lo posible sino también, en muchos casos, con la explotación y la extorsión tanto de trabajadores como de algunas clientas.
Se ha podido saber gracias a diferentes investigaciones que, especialmente los hosts más populares y que generan más beneficios, tienen prácticamente imposible dejar el negocio ya que la yakuza hace uso incluso de la extorsión y las amenazas con tal de evitar que su host más popular se retire del negocio o se vaya a otro club. Este hecho me resultó muy curioso e interesante ya que siempre se denuncia la explotación, a veces sexual, que sufren las mujeres en Japón en este tipo de negocios, y sin embargo casi nunca se hace hincapié en la explotación que muchos hosts sufren, sin ser necesariamente sexual.
Además y gracias a asociaciones dedicadas a la ayuda y apoyo a víctimas de tráfico humano y explotación como Lighthouse: Center For Human Trafficking Victims Support, comúnmente conocido como Polaris Project Japan, podemos conocer multitud de casos de clientas de host club que, tras acumular deudas de miles y miles de yenes, a la hora de pagar sus deudas son forzadas a trabajar en la prostitución o en negocios de similar calibre, aprovechando que muchos dueños de host club también son propietarios de establecimientos dedicados al entretenimiento adulto. A pesar de la existencia de una ley vigente en Japón que prohíbe la prostitución, ésta sólo lo considera delito si hay penetración, por lo que muchos establecimientos y negocios saben sacar provecho a éste vacío legal y ejercer prostitución al límite de la ley.

Mi conclusión sobre este asunto es que resulta bastante triste que algo tan original, curioso y divertido como lo son los host club sea causa de las desgracias de muchas personas, tanto de hosts obligados a permanecer en el negocio como de las desafortunadas mujeres extorsionadas y forzadas a pagar sus deudas de algún host club ejerciendo la prostitución.
Por ello y lo que a mi parecer es la mejor opción es simplemente probar la experiencia de ir por primera vez a un host club, pero por sus elevados precios y lo que puede conllevar una deuda en ese tipo de establecimiento es preferible no ir más de una vez, al menos al mismo club.

Espero que esta pequeña investigación os resulte tan interesante como me resultó a mí al hacerla y con esto os haya ayudado a entender y saber de la sociedad japonesa actual al menos un poquito más.

¡Hasta pronto! 

Comentarios

  1. Alguna idea tenía sobre los host club pero nunca me había parado a indagar sobre ellos, muy buena entrada. La verdad que molaría ir una vez a un sitio así, siempre me ha parecido muy curioso y al igual que a los chicos van a un Maid café pues esto sería lo mismo pero para chicas y el triple de caro xD Pero es una pena que siempre haya cosas turbias por detrás :S

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    1. ¡Muchas gracias por tu comentario y tu apoyo! ^.^ Yo, antes de investigarlo, tampoco tenía mucha idea ni pensaba que pudiese resultar tan oscuro, y realmente es una pena, deberían regularlo de manera que sea algo totalmente legal y sin llegar a esos extremos de extorsión y explotación :(

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